18 noviembre 2005

Hermitaño. Maldito mundo.

De la sociedad nada se puede decir cuando no se ha tenido contacto con ella. Pues así es, desde hace un tiempo, que sólo tengo contacto con los libros y algunas noticias lamentables del mundo de verdad que me ha acercado la radio.
Me he enterado que para el de Florida, Martín Fierro ha muerto bajo el facón de algún negro desconocido para muchos, pero no para Hernández. Que Stevenson hizo asesino a un pequeño que se defendía de los piratas y cosas por el estilo.
Pero lo único que puedo decir es ¡Maldito mundo!
Aunque haya acotado mi espacio a dieciseis metros cuadrados, la radio me ha traído como el viento los sonidos de algún lugar que parece lejos, pero que está a mi lado. Sobre mi. En mi.
Y es que así es queridos lectores ¡Maldita hipocresía, maldita ciudad! Desde Grand Bourg hasta mi persona, inluídos ustedes ¿Por qué todos? Porque esta semana han metido presos a los lustrabotas que trabajan en la Plaza del Epicentro de la Ciudad, si, en la hermosa y perfecta plaza organizada para foráneos y gente de buenos modales. Y más aún, porque el gobierno les había entregado las cajas para trabajar a la mayoría de ellos. Y peor, la mayoría son niños.
No tengo más palabras que maldiciones hacia esta infame injusticia.

11 noviembre 2005

LA FORMA, está en forma

Paseando de noche encontré tocando a la banda de los más niños del Rock & Roll salteño, suenan sólidos los muchachos, y lo mejor de todo es que se animan de lleno con sus temas. Letras comprometidas, instrumentos bien tocados, climas extravagantes y mucha buena onda ofrecen los "pibitos" estos. ¡Saludos! y ¡Salutes!
Ahhh!!, me olvidaba de la parte más importante de este mínimo comentario...

Nunca dejen de entonar esas maravillosas líneas, que siempre me encuentran tambaleante, que son hasta un insulto para todo aquél que no ha tenido oportunidad de vivirlo en carne propia, y que rezan despectivamente:
¡Borracho, siempre borracho!

10 noviembre 2005

¿Qué sucede con el clima en Salta? Estoy comenzando a extrañar el solcito de noviembre, y tengo serios motivos para reclamar un poco de sol.
Hoy camino a la universidad la gente tenía mal olor en el ómnibus, parece que al estar nublado se bañaron menos, ni hablar de que estaban abrigados y hacían mas de veinte grados, pero este no es realmente el motivo principal, éste es que ya me estaba acostumbrando a ver a las señoritas pasear con menos ropa, le ponían más color y dinámica a la ciudad. No es una cuestión de libido, mas bien todo lo contrario, la gente con menos ropa se siente más natural, hasta se anima a reir.

08 noviembre 2005

Paseando un poco he escuchado un comentario de plazoleta entre unos chicos de no más de dieciocho años, ellos se sentían indignados, yo también. El Señor Gobernador de la Provincia de Salta, no permite que se hagan recitales masivos en la Ciudad, y si son de Rock mucho menos. Si alguien por acá tenía ganas de ver alguna banda de esas que salen en los programas de televisión, pues que se vaya olvidando, o comience a gritar. Las Causas que el gran señor aduce para suspender todo este tipo de actividades son: la violencia y las drogas. He estado en varios recitales y no he visto mucho de eso acá en esta ciudad. Creo que las causas son otras... ¿Será tal vez que perdió un juicio por la expropiación de territorios indígenas? ¿Será que los principales militantes en su contra son los jóvenes y los músicos de rock?

05 noviembre 2005

Lo que nos atañe hoy en la ciudad de Salta, es que cierra Esquina Libertad, tal vez el único bastión que había para todos los borrachos noctámbulos que disfrutaban del Rock y el Blues en vivo. Pues sí, un sitio que contuvo a decenas de bandas de pibes y no tan pibes cierra sus puertas después de la tocada de Perro Ciego esta noche. Varios serán los que queden sin rumbos después de esta noche.
Por cierto, la despedida entre amigos que organizó Doña Mara el jueves pasado estuvo bárbara. Con su guitarra tocó y cantó Don Nelson esos sones melancólicos que tanto le agradan un buen rato, y después siguió un rabioso y etílico Karaoke. Finalmente cuando ya no quedaban gargantas por exprimir, El Pibe Acosta largó sus melodias propias de él para liquidar la noche. Gracias a Don Cuca por los años de Bar.