"Si debes vivir o morir eso lo decido yo" dijo el tirano sin mover un solo músculo más que los necesarios para hablar.
-De qué se me acusa -dijo el joven que estaba aturdido, pues a él le parecía que todo era una injusticia.
-¿Te atreves a preguntarlo? ¿Pretendes desafiarme?
-Prefiero morir por mis propios motivos antes que un déspota insulso me señale con los dedos para jugar conmigo.
-¡Eres osado, gran idiota! Pero creo que juegas demasiado con tu vida.
-Mi vida ya está jugada, a mi suerte la decido yo, o a lo sumo un Dios más grande que tú.
-¡Ja! No me interesa que desafíes a los Dioses, yo soy uno de ellos, todos los días converso con ellos y tu vida no es más que un grano de arena en el desierto infinito si te comparas. ¡Dónde se ha visto a la gota revelarse contra el océano!
-Puedes decir lo que quieras, pero no voy a doblegarme. Si eres hombre lucharás como debe ser, pero si tu integridad está desecha temo que tendré que soportar la tortura y reír cuando reciba los latigazos en la plaza.
-Ya suficiente has cuestionado mi integridad ¡Llévenlo y mátenlo!Los guardias azotaron al muchacho hasta hacerlo caer de bruces. Lo tomaron del pelo, y lo arrastraron por el salón. Antes de salir por la puerta el muchacho gritó con todas las fuerzas.
-¡Yo desfloré a su hija, su tormento me pertenece!
16 septiembre 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Vamos Hermano!!! Como disfruto leyendo lo suyo. Es muy bueno saber que tiene imaginacion para rato, no le afloje. Le dejo un gran abrazo.
Me recuerda al pobre señor K, de "el proceso", de Kafka. Muy bueno, Sebas.
Publicar un comentario