Que bueno que se pone esto, una semana ha transcurrido ya desde la última depresión dominical. Estoy empezando a sospechar que el asunto se torna recurrente y pienso ¿quién querrá leer entradas sobre domingos deprimentes todas la semanas? Así que para cambiar el vientito voy a hablar del sábado, si señores, del sábado. Para comenzar vamos a renombrar el título de esta prosac.
covacha@covacha:~$Rename Domingo de nuevo -v Sobre el mate, los duendes y las caminatas.
Resulta que el sábado me dije, hermano es tiempo de salir de la jaula un rato, asi que comenzé por recitar: "perdona hermano mío si te digo..." y puse la pava, estaba recién amanecido a las 13 hs, y arranqué como a las 14 hasta la parada del bondi. después de la espera subí al 50 y me bajé en el lago Gutierrez y empecé a caminar por el camino hasta una supuesta casacada, no conocía el lugar, así que le metí nomás. Después de unos 20 minutos de andar mirando para todas partes cual coya frente al obelisco llegué a una hermosa playita y un conjunto de carteles para porteños en la naturaleza me indicó el camino. Así fue que me interné en un bosque de árboles terriblemente viejos y tenebrosos, después de un ratito de andar, el oxígeno en abundancia, la humedad y la falta de sol allí abajo hicieron el tan ansiado efecto narcótico y me puse como brillante, ni hablar del brillo que había en todo lo que me rodeaba.
Las conjugaciones de casualidades perfectamente hilvanadas es algo que adoro disfrutar, todo el tiempo que estuve internado en el bosque, y aquél que estuve sentado contemplando la cascada estuve solo, salvo un instante en que me llegó la música de una flauta que venía de por ahí.
Me tomé unos mates calentitos, pues el frío era notable en ese lugar, comí una galletita y me puse a pensar que estaba muy agradecido con la vida porque me había dejado estar completamente solo y sin nostalgia, con una sensación que estaba por encima de las corrientes. Emprendí el regreso hasta la playita y al salir a la vera del lago me cebé otros mates, eran muy suaves y terriblemente energizantes, así que arranqué la media hora que me faltaba para llegar a la parada del bondi y me jugué una treta: me puse los auriculares en extremo fuerte con Spinetta y los libros de la buena memoria y credulidad y el anillo del capitan beto y barro tal vez. Una sensación bellísima cuando pensaba que beto estaba dando vueltas por ahi y que su anillo no lo protegía de lo más importante, la sensación de desazón, la nostalgia. Así que anduve con la piel de gallina como veinte minutos, y comprobé nuevamente que la ida es siempre más larga que la vuelta aunque el reloj diga lo contrario. Siempre es más largo el camino cuando se transita lo desconocido.
26 abril 2009
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6 comentarios:
Posta! La ida siempre parece mas larga. Interminable a veces. Será que vamos demasiado expectantes? Tal vez demasiado concientes de todo? Capaz que el próximo domingo llega mas rápido, no? Beso
Hola, los domingos son así. Son el día del descanso, de la tranquilidad que huele a desazón. Tal vez porque significa verse, visitar los interiores, y lo mejor: a veces hasta encontrarse. Saber que no se está solo, que uno es uno o multitud. Todo brilla con más oxígeno en los pulmones, o con más calma en el alma. Es casi igual.
En Salta está fresco, llovizna de a ratos y el moho reverdece como siempre. El silencio también produce cierto brillo, como si de un gong de bronce tocado con una barrita de metal se tratara.
Las idas y las vueltas nunca serán iguales: Llevarás las ansias, volverás con la experiencia.
Pero todo es igual, acá o allá. Lo único que cambia es el recorrido,; será mayor o menor el tiempo, dependiendo del caminante.
Te quiero un montón.
Tu viejo
Hola, los domingos son así. Son el día del descanso, de la tranquilidad que huele a desazón. Tal vez porque significa verse, visitar los interiores, y lo mejor: a veces hasta encontrarse. Saber que no se está solo, que uno es uno o multitud. Todo brilla con más oxígeno en los pulmones, o con más calma en el alma. Es casi igual.
En Salta está fresco, llovizna de a ratos y el moho reverdece como siempre. El silencio también produce cierto brillo, como si de un gong de bronce tocado con una barrita de metal se tratara.
Las idas y las vueltas nunca serán iguales: Llevarás las ansias, volverás con la experiencia.
Pero todo es igual, acá o allá. Lo único que cambia es el recorrido,; será mayor o menor el tiempo, dependiendo del caminante.
Te quiero un montón.
Tu viejo
Que hermosa tarde, sentí que caminaba frente esa fresca brisa y el calor del mate entraba por mi garganta en ese mágico lugar... espero volver a viajar algún otro domingo junto a tus letras. Te queremos mucho.
Que bonito, quiero estar con mis sobrinos.
que linda esa actitud de enfrentar al domingo,que pelea con la nostalgia e intenta aplastarlo a uno con sinfines de alegrias y tristezas todas juntas..
que lindo verse a si mismo y sin miedo...
tu mujer te admira, tu mujer te adora, tu mujer está lejos, pero un mañana vas a renegar de haber deseado tenerla tan cerca...te lo advierto.
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